Cuarto escalón: Pan de muerto

Las celebraciones mexicanas traspasan fronteras y una de las más admiradas son sus costumbres ligadas al Día de los Muertos, que se realizan cada 2 de noviembre.

Cuarto escalón: Pan de muerto

Las tradiciones son parte muy importante de la cultura e historia de México. Sus celebraciones traspasan sus fronteras y una de las más admiradas alrededor del mundo son sus costumbres ligadas al Día de los Muertos, que se realizan cada 2 de noviembre.

México es tan grande y diverso que las formas de celebrar esta fecha varían de región en región, pero hay elementos que se mantienen en la mayoría y son ya característicos del Día de los Fieles Difuntos, como lo son el altar lleno con la comida favorita de la persona que se honra, las flores, las velas, las calaveritas de azúcar y el delicioso pan de muerto, que generalmente se coloca en el cuarto nivel.

Es sobre este último, el pan de muerto, del que te queremos contar hoy, su historia y cómo se volvió tan importante para las tradiciones de los mexicanos. 

El origen del pan de muerto como lo conocemos actualmente se remonta a la época de la conquista, cuando llegaron los españoles a la Nueva España, lo que hoy es México. Y aunque hoy es difícil de creer, estaba estrechamente relacionado a los sacrificios humanos que entonces se realizaban.

La historia nos cuenta que una joven doncella era ofrecida a los dioses, le arrancaban el corazón y hacían todo un ritual. Los españoles se horrorizaron de estas acciones y fue ahí cuando surgió la idea de elaborar un pan hecho de trigo, con forma similar al corazón y pintado con azúcar roja, para transformar la costumbre anterior que ellos encontraban muy violenta.

Actualmente la tradición de elaborar pan de muerto continúa extendida por todo el país, con marcadas diferencias e ingredientes según la región en la que se prepara. Pero generalmente se respeta la forma del pan por su especial significado: el círculo del centro simboliza el cráneo del difunto y las tiras alrededor los huesos.